domingo, 29 de marzo de 2009

muchas cosas pasan, cotidianamente...

Los dramas de un día... se diluyen con el correr de la semana. El altercado o irreverencia de ayer pasa a ser actitud perdonable en una persona ruda.

Hipersensibilidad? Es posible. Bajo umbral? posiblemente.

Describir todo lo que ha ido pasando - idas y vueltas - lleva mucho tiempo y casi no he registrado los pasos, los hitos ahora aparentemente intrascendentes.

Que nos hemos visto con amigos,
que hemos disfrutado con ello y con ellos,
que nos hemos sentido personas...
¡Qué regocijo!

Pequeñas revanchas con sanciones del acaso (lo que sucede, lo que nos sucede, lo que les sucede a otros) también reenergizan nuestra autoestima, nuestro orgullo (al que muchos filósofos y religiosos llaman pecado) que nos revitaliza como un fuerte abrazo de un amigo, como un espaldarzo.
Ir corriendo a decirle a nuestro enemigo: "tu arma es obsoleta" es arriesgarnos a que use el arma como un arma primitiva, como un garrote y que con esto nos aviente un garrotazo.
Qué bonito se sentirá si las cosas terminaran donde nosotros decidimos... pero siempre queda la respuesta del herido, del supuesto vencido. (nosotros no debemos darnos por vencidos ni aún vencidos, por eso mismo tampoco debemos actuar como si el enemigo o contrincante no tuviera ya respuestas>>> su venganza puede venir por otros medios. Aún los espirituales o telekinéticos.)

La vida ha de ser plácida y disfrutar lo positivo. Mantenernos expectantes hacia lo que tenemos emprendido.
Temer pero resolver>>> estar ocupados pero no preocupados obstinadamente, estresados.